Ayer terminó la edición de la Feria del Libro de Madrid que he vivido de forma más intensa. Probablemente, no lo voy a negar, se haya debido a que estoy a punto de abandonar la ciudad en la que he vivido desde octubre de 2021. Una ciudad que, a mediados de junio, ya se ha convertido en un verdadero infierno que no invita en absoluto a salir de casa. Por mucho que disfrute la Feria (por sus firmas, por sus charlas o por los meros paseos), el calor que he pasado este año en El Retiro me hacía cuestionarme cada día si realmente merecía la pena tanto sufrimiento. Creo que ya va siendo hora de que la Feria adelante sus fechas y, por la acogida que ha tenido mi comentario en este post de su cuenta de Instagram, parece que no soy el único que lo piensa.
La cola más larga (en la que estuve)
Vivian Gornick era uno de los mayores reclamos (para mí, el principal) de una Feria que este año tenía como temática la ciudad de Nueva York. La escritora de casi 90 años vino desde Manhattan para pegarse una verdadera paliza de firmas que arrancó el primer sábado de la Feria y se alargaría hasta el domingo. Quedarme fuera de la multitudinaria charla que protagonizó el sábado fue lo que me permitió tener un sitio preferencial en la firma que tenía justo después. Como llegó con algo de retraso, el tiempo que acabé pasando en la cola se alargó hasta los 45 minutos (la más larga que he hecho nunca). Aunque las mujeres que gestionaban la firma me hicieron escribir mi nombre en un post-it para que Gornick pudiera dedicármelo, la autora de ‘Apegos feroces’ se limitó a escribir su nombre y la fecha. Seguramente estaba ahorrando energía para el domingo, donde tenía cuatro horas de firmas repartidas durante el día que, según supe después, provocaron unas colas interminables.
La cola más larga (en la que no estuve)
Siempre me sorprende cuando veo colas kilométricas para autores de los que jamás he escuchado hablar. Cuando esto ocurre, lo habitual es que se trate de una mujer insultantemente joven que escribe novelas románticas para adolescentes. Sin embargo, la cola más larga que vi este año en la Feria fue la de un hombre calvo, de unos 50 años y de pinta bastante turbia. Este señor (me quedé con su nombre pero no quiero ni mencionarlo) era uno de esos cantamañanas que aparecen en anuncios de Youtube asegurando tener la clave para ganar mucho dinero de manera fácil. En este caso concreto se trata de un experto en ‘copywriting’ que ha escrito varios libros sobre el tema (todos con cubiertas muy poco atractivas) y que, al parecer, ha logrado engañar a un buen montón de gente (aunque también es probable que esa cola tan exageradamente extensa no se hubiera generado de manera “orgánica”).
La cara más larga
En el último sábado de la Feria pude ver, a una distancia prudencial, a la nominada al Oscar Karla Sofía Gascón en la caseta de la librería 8 y 1/2. Llevaba una hora de firma, le quedaba otra por delante y ya no tenía a nadie quien firmar. Tras intercambiar algunas palabras con Guillermo Arriaga, que también firmaba en ese momento, volvió a su sitio y, como allí no le esperaba nadie, se salió de la caseta para tomar el aire. Su cara era un poema y no pude evitar pensar que, para una persona con un ego tan descomunal como ella, aquello estaba siendo una cura de humildad en toda regla.
La sonrisa más grande
Sin duda, la de Marta Jiménez Serrano, a la que le llevé su libro de relatos ‘No todo el mundo’. Plantarte delante de un autor siempre tiene algo de incómodo y, en algunas ocasiones, me he quedado completamente mudo. Otras, en cambio, me pasa que empiezo a hablar hasta que el escritor se me queda mirando con cara de “¿Y a mí que me cuentas?”. En el caso de Marta, lo que le dije fue algo así como: “No he leído el libro todavía pero lo compré porque me gustó mucho tu relato en ‘Una navidad así’ y sentí la necesidad de leer más cosas tuyas. Ah, y también leí una entrevista que te hicieron junto a Rodrigo Sorogoyen para un periódico en la que comparaban tu libro con ‘Los años nuevos’, y yo soy muy fan de ‘Los años nuevos’, así que…”. Mientras yo hablaba, ella me dedicaba el libro sin dejar de sonreír. Cuando me lo devolvió, dijo: “Pues espero que te guste”.
El autor más entrañable
La Feria del Libro no solamente se celebra en El Retiro sino también en las librerías que aprovechan la ocasión para celebrar numerosos encuentros y firmas. Por ejemplo, estuve en la librería Celama, donde Jan Arimany (editor de Trotalibros) y Enrique Maldonado (traductor) presentaron ‘Galán’, de Alston Anderson. Y en Amapolas en Octubre, el lugar donde mejor me tratan en Madrid, pude asistir a la presentación de ‘Ahora y en la hora’, un libro de no ficción desgarrador en el que Héctor Abad Faciolince relata cómo ha cambiado su vida después de sobrevivir a un bombardeo en Ucrania. La presentación, a la que también acudió otra superviviente de la tragedia, fue increíblemente intensa y emocionante. Como no pude quedarme a la firma que había después, lo busqué en la Feria un par de días más tarde. Cuando le dije que había estado en ese encuentro en Amapolas, esbozó una genuina sonrisa. Ambos sabíamos que habíamos compartido un momento mágico.
La conversación más larga con un autor
Si llegas el primero a una firma y no tienes a nadie detrás, supongo que estás obligado a tener una conversación algo más larga de lo habitual con el autor. Eso fue lo que me ocurrió con Fernando Navarro, escritor muy en boga gracias a su segundo libro: ‘Crisálida’. Tanto lo está petando con esa novela que se sorprendió al ver que lo que yo tenía en mis manos era su primer libro (‘Malaventura’). Las palabras que salieron de mi boca acabaron en su dedicatoria: “Para Javier, el que le gusta empezar por el principio”. Navarro es también guionista de cine y entre sus películas está ‘Segundo premio’, así que no dejé pasar la oportunidad de decirle que me gustó mucho la película y que no entendía que su guion no hubiera sido nominado al Goya. Él, que había aceptado la afrenta con resignación, comparó su caso con el de “su amigo” Santiago Fillol, coguionista de las películas de Oliver Laxe, que no fue nominado por ‘Lo que arde’. Aunque me lo puso en bandeja para contarle mi opinión sobre el guion de ‘Sirat’, preferí no hacerlo. Creo que ese tema se merece su propia newsletter.
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