Hacía mucho tiempo que no hacía uso de este espacio, en parte porque ya tengo otra newsletter, pero también porque los últimos meses de mi vida han sido aún menos interesantes de lo habitual, así que no sentía la necesidad de venir aquí a dar la turra. Lo que ocurre es que hace unos días volví de San Sebastián y cubrir el festival de principio a fin es demasiado duro (y caro) como para no amortizarlo. Por eso he decidido utilizar esta newsletter para contaros cuáles han sido mis 10 películas favoritas de entre todas las que pude ver (33), algunas menos de las esperadas porque este año me he entregado al faranduleo más que nunca y había demasiada visita ilustre que no me quise perder: Cate Blanchett, Tilda Swinton, Andrew Garfield, Pedro Almodóvar… Aquí va un Top Ten en el que no encontraréis ‘La sustancia’ porque, después de la que me cayó en Twitter, prefiero no volver a tocar esa película.
1. ‘Memorias de un caracol’
Mi favorita de esta edición ha sido una película de animación dirigida por un australiano loco. Quince años después de 'Mary & Max', una pequeña joya que con el paso del tiempo se ha convertido en un título de culto, Adam Elliott regresa con una segunda película que era muy esperada y no ha decepcionado en absoluto. Pisando sobre seguro y con muchas similitudes con su ópera prima, 'Memorias de un caracol' vuelve a estar protagonizada por una niña inadaptada y con muy mala suerte, cuyas desgracias no hacen otra cosa que ir en aumento a medida que se vaya haciendo mayor. Definitivamente, a Elliot le encanta hacer sufrir a sus personajes y, como consecuencia, a los espectadores. El tramo final, que resulta especialmente emocionante, provocó más sollozos en la sala que cualquier otra película del festival. Pero, ojo, que la película no solamente garantiza las lágrimas sino también las risas.
2. ‘Emilia Pérez’
'Emilia Pérez' es un película irregular pero también es una de las más especiales de este año. Los mejores momentos son los protagonizados por una arrebatadora Zoe Saldaña (particularmente, esas secuencias musicales en las que la cámara parece bailar con ella), mientras que los peores suelen tener en pantalla a una Selena Gomez voluntariosa pero que no llega a dar el nivel exigido (tuve que leer los subtítulos cada vez que hablaba porque su español es ininteligible). El trabajo de dirección de Jacques Audiard (realmente original en los números musicales) consigue elevar una película que flojea en su guion: el camino hacia la redención de Emilia Pérez es poco creíble y algunas de las situaciones que plantea son del todo inverosímiles. Las letras de las canciones no son precisamente las más elaboradas del mundo, pero la música sí es otro apartado a destacar de la película.
3. ‘Cónclave’
Lo mejor que puedo decir de ‘Cónclave’ es que, la primera vez que miré la hora en el móvil durante la proyección, me sorprendí al comprobar que ya habían pasado 90 minutos. La nueva película del director de 'Sin novedad en el frente' es un thriller modélico que realmente se ve con una facilidad pasmosa y que logra sacar buena nota en todos sus aspectos (fotografía, montaje, realización, guion...). Pero donde realmente destaca en el apartado interpretativo: no hay duda de que Ralph Fiennes es el MVP, pero todo el mundo está a un nivel excepcional, tanto los secundarios que disponen de más tiempo en pantalla como aquellos que aparecen de manera fugaz. 'Cónclave' es cualquier cosa salvo una película sutil, no lo es la dirección de Edward Berger, no lo es la música de Volker Bertelmann y tampoco lo es el guion, que en los últimos compases del film se reserva un giro que tal vez podría haberse ahorrado.
4. ‘La semilla de la higuera sagrada’
Una película iraní, de casi tres horas y con un título como este... lo cierto es que, a priori, no suena muy bien. Durante sus primeros compases, cuando 'La semilla de la higuera sagrada' va situando lentamente las cartas sobre la mesa, uno se pregunta de qué manera va a justificar esta película su duración. Afortunadamente, va de menos más a medida a medida que avanza y su género va mutando desde el drama familiar hasta el thriller más puro. Aunque no tenga un ritmo narrativo que se pueda catalogar de trepidante, lo cierto es que consigue mantener la atención del espectador en todo momento. Saber que esta película tuvo que ser rodada en secreto porque Mohammad Rasoulof está exiliado Alemania (motivo por el que la película representará al país germano en los Oscar) añade todavía más épica a la propuesta.
5. ‘La habitación de al lado’
La última película de Almodóvar tal vez no merece un hueco entre las mejores de su filmografía pero seguro que va a conectar con el público mucho más que su anterior film ('Madres paralelas'). Esta historia de una enferma terminal que se reencuentra con una vieja amiga está contada de forma calmada y serena pero en ningún momento cae en el tedio porque, además de contener algunos 'flashbacks', el guion de Almodóvar está perfectamente orquestado y consigue encontrar el equilibrio entre los diálogos que hacen avanzar la historia y los mensajes políticos que quiere lanzar el cineasta (sobre la muerte digna pero también sobre otros asuntos). Aunque Tilda Swinton tenga un papel algo más atractivo de cara a los premios (por aquello de ser la enferma), es difícil destacarla por encima de Julianne Moore, que también realiza un trabajo extraordinario.
6. ‘On Falling’
La que para para muchos, entre los que me incluyo, debería haber sido la Concha de Oro. La ópera prima de la portuguesa Laura Carreira es una película que se permite hablar de temas tan importantes como la soledad o la salud mental mientras realiza una mordaz crítica al capitalismo y a otros grandes problemas de nuestro tiempo como, por ejemplo, la obsesión por el móvil. Y todo lo hace de una forma tan sutil como eficaz, llegando a conmover en escenas como aquella en la que la protagonista (magnética Joana Santos) es incapaz de describirse como persona. Lo sencillo sería catalogar la película como deprimente, pero resulta tan fácil identificarse con alguna de las situaciones que vive esta mujer que, al final, lo que acaba siendo ‘On Falling’ es un fiel reflejo de su época.
7. ‘El último suspiro’
Costa-Gavras se ha marcado una curiosa pieza de acompañamiento a 'La habitación de al lado', ya que trata sobre el mismo asunto: la muerte digna. A partir de las conversaciones entre un escritor y un doctor especializado en cuidados paliativos, se van desplegando una serie de historias protagonizadas por enfermos terminales que sirven para mostrar las distintas maneras en las que los humanos nos enfrentamos a la muerte. El espectro es tan grande (hay enfermos que ocultan información a sus familiares, hay familiares que la ocultan a los enfermos, hay quien afronta su destino de forma ejemplar, hay alguno que no tanto...) que resulta imposible no verse reflejado en alguna de las historias. Es un guion que contiene mucho texto pero que está lleno de reflexiones que se quedan dando vueltas durante un tiempo en el cerebro del espectador.
8. ‘Mi única familia’
Mike Leigh vuelve vuelve al género en el que siempre ha sido un maestro: el drama familiar. Aunque habría que matizar que el drama, propiamente dicho, solamente está presente en el tercer acto de la película, ya que la primera hora es una comedia desternillante que tiene su mejor baza en una impagable Marianne-Jean Baptiste. La actriz, que merecía más que nadie la Concha de Plata a la mejor interpretación protagonista, da vida una mujer profundamente maniática que vive enfadada con el mundo y trata verdaderamente mal a todo aquel que se cruce en su camino (ya sea su marido, su hijo o la cajera del supermercado). Seguir las andanzas de esta mujer es muy divertido pero, a partir de cierto punto, Leigh decide mostrar lo que hay detrás de tanto resentimiento. Aunque se me cae un poco al final, considero un escándalo que no apareciera en el palmarés.
9. ‘Anora’
Tal vez la mayor decepción que me he llevado en este festival, no porque sea una mala película sino porque tanto la Palma de Oro como esa (presunta) condición de favorita al Oscar crean unas expectativas que, al menos en mi caso, no logra satisfacer. Tras unos primeros 20 minutos de desenfreno sexual que se centran en la historia de amor entre una ‘stripper’ (increíble Mikey Madison) y un insoportable niño pijo, la película se convierte en una comedia de enredo que por momentos consigue ser muy divertida pero que acaba resultando reiterativa porque Sean Baker decide alargar las escenas de forma absurda. En su parte final, finalmente baja el rimo para profundizar en la psique de la protagonista, como si el director quisiera dejar claro que la película es "algo más" que una comedia alocada.
10. ‘Tardes de soledad’
Antes de ganar la Concha, 'Tardes de soledad’ ya había levantado ampollas. PACMA decidió manifestarse en las puertas del Kursaal, acusando a la película de glorificar el maltrato animal. Vaya por delante que yo soy antitaurino, pero creo que en realidad el punto de vista de Albert Serra es bastante objetivo. Él no tiene la culpa de que en una plaza de toros mueran animales (a los espectadores que abandonaron la sala parece que esto les pilló por sorpresa) ni tampoco de que la liturgia que acompaña a la tauromaquia luzca tan bien en la pantalla grande. Porque la película tiene una fuerza visual innegable, las corridas están rodadas de manera espectacular y el protagonista de la cinta (Roca Rey) tiene un rostro magnético. Lo que se echa de menos es un hilo argumental, ya que no deja de ser una mera colección de corridas salpicada con algún momento más íntimo del torero.
Mi cobertura completa del Festival de San Sebastián está en www.premiososcar.net
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